SEMANA: 34
5° EDUCACIÓN ARTÍSTICA GRADOS: 501-502-503EL LENGUAJE GESTUAL EN EL
TEATRO:
El teatro
gestual se caracteriza por el uso del lenguaje corporal como elemento
primordial en el escenario, además de (unos pocos) sonidos para comunicarse
tanto entre los actores como con el público. El texto, tan importante en el
teatro más convencional, está ausente en el teatro gestual, que como mucho,
utiliza algunos monosílabos - por ejemplo ‘si’, ‘ay’, ‘tú’, para expresar
emociones universales como alegría , enfado, sorpresa, ironía, queja, etc., o
algunos imperativos como ‘mira’, ‘ven’, ‘toma’ para sirven para apoyar el
lenguaje corporal.
Debido a su
aparente simpleza, carencia de un mensaje textual muy elaborado y su talante
cómico, el teatro gestual es una alternativa ideal para todo tipo de públicos,
tanto para niños, como para adolescentes y adultos. Es una propuesta excelente
para ir al teatro en familia, y satisfacer a todos por igual.
Suele haber
interacción con el público, un poco como en la improvisación, siguiendo las
normas del teatro gestual. Es decir, no se le pide al espectador que hable,
sino ‘que hable con el cuerpo’ a través de gestos muy simples como por ejemplo
dar palmas o chasquear los dedos. Es un modo de participación muy sencillo pero
efectivo que el espectador suele afrontar con buen talante.
La línea
argumental suele ser muy ligera. En otras palabras, al salir de una obra de
teatro gestual uno no suele acordarse de la historia que se nos ha contado. Más
que una historia, lo que suele haber es un tema que inspira la obra, una
referencia cultural popular: una película famosa, una serie de televisión, un
deporte, un evento político o una sonada noticia del periódico: cualquier
evento que todos (o casi todos) los espectadores conocen por ser parte del
imaginario colectivo popular.
El teatro gestual es claro, directo y potente. Además cruza
barreras entre públicos y construye puentes entre culturas. Todo ello de un
modo desenfadado y ‘playful’, claro está. No podemos exigirle un mensaje
profundo y solemne, á lo Shakespeare o Cervantes. Mejor dejarnos llevar por el
humor y la energía que el lenguaje corporal desprende en el escenario, un
lenguaje que siempre nos sorprende por lo infinito de sus posibilidades.